Jaizkibel, ni montaña mágica, ni rusa.


Tras leer detenidamente y varias veces el escrito de la Diputada de Movilidad y Ordenación del Territorio, Dña. Arantza Tapia, titulado “Jaizkibel: ¿la montaña mágica?” me veo en la obligación de contestar.

En este artículo, Arantza Tapia recurre al chantaje para convencer a la sociedad sobre la necesidad del puerto exterior, al plantear el mismo como necesario para poder afrontar el coste de los futuros servicios sociales, lo que no es, en absoluto cierto, y voy a intentar explicar.

La Sra. Tapia, en su exposición, defiende como una panacea el modelo basado en el transporte y las energías (no renovables). No obstante, hay que aclarar que ese puerto no va a generar nuevos tráficos y tampoco lo hará la intermodal que plantean para la otra ladera de Jaizkibel, ya que, lejos de ser más sostenible, continuaría y aumentaría el colapso de nuestras carreteras.

De hecho, aunque algunos se las dan de expertos en infraestructuras imprescindibles, la realidad muestra lo contrario. En ese sentido, invito a todo el mundo a documentarse. Por ejemplo, pueden ver como no hace tanto desde la Diputación Foral de Gipuzkoa se defendía como imprescindible otra macroestructura como la AP1, que en estos momentos se está utilizando tan poco.

En la misma línea, antes defendían como absolutamente necesario el puerto exterior para poder llevar a cabo la regeneración de Pasaia. Sin embargo, cuando hemos demostrado que lo que está detrás de esta infraestructura es el mero afán recaudatorio, apelan a la necesidad de recaudar impuestos con la construcción de la misma, para poder cubrir las necesidades sociales, haciendo llamadas al alarmismo y con amenazas, tales como, si no recaudamos no podremos atender a la ciudadanía.

Si bien es cierto que todos los servicios, tanto de atención como sociales, se ofrecen a través de los impuestos y que la recaudación de los mismos es fundamental, es una vergüenza que realicen este chantaje a las y los ciudadanos guipuzcoanos, máxime cuando desde la Diputación de Gipuzkoa, a través de sus políticas fiscales regresivas, están regalando lo que deberían ser ingresos públicos. ¿Cómo? Muy sencillo, por ejemplo, al eliminar el impuesto de Patrimonio recaudan 56 millones de euros anuales menos para las arcas forales, y al rebajar en Impuesto de Sociedades (que recordemos sólo pagan las empresas sobre sus beneficios) nada más y nada menos que116 millones de euros menos.

Esta política sí genera una deficiencia de los servicios públicos y sus consecuencias son que la mayoría de los impuestos los paguemos las personas asalariadas, mientras que grandes empresas y otros colectivos se marchan de rositas. Estas políticas además no persiguen como se debería la economía sumergida y el fraude.

¿De qué estamos hablando entonces? ¿De necesidad o de querer controlar la caja desde Gipuzkoa con una mentalidad “provincialista”? Quizás el problema se encuentre en la “Ley de Territorios Históricos”, pero eso nos llevaría a un debate mucho más profundo, que aunque es imprescindible, no abordaré en este artículo.

Por último, me gustaría lanzar unas preguntas para que la ciudadanía reflexione. ¿Es necesario destrozar una reserva natural para construir un puerto exterior que albergará una central térmica, y depósitos de hidrocarburos? ¿En cuanto tiempo prevén que los impuestos sobre estas infraestructuras sean capaces de amortizar el gasto que requieren? ¿Es necesario invertir en infraestructuras de generación de energía no sostenible?

Esta vez, la señora Tapia ha recurrido a la “magia” de Jaizkibel y al miedo en su discurso, ya que la defensa del puerto exterior hace aguas. Quizás en próximas intervenciones tenga que emular a presidentes americanos y subir un peldaño más para defender lo indefendible, pues a mi entender ya sólo lo queda la excusa de “Dios está con nosotros”, una lástima y hasta cuando desee.

Una respuesta

  1. Gracias por la claridad y sencillez con que tratas esto. Solamente eso, ¡GRACIAS!!!

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